- Strona pocz±tkowa
- Rardin Jennifer Jaz Parks 03 Biting the Bullet
- Jennifer Estep Elemental Assassin 02 Web of Lies
- 017. Greene Jennifer Slub po latach
- 021. Jennifer Greene Kobieta z wyspy
- Jennifer Blake Hiszpańska serenada
- Lewis Jennifer Cenniejsze niż złoto
- Blake Jennifer Z dala od zgiełku
- M287. Taylor Jennifer Przebudzenie
- D'Alessandro Jacquie U progu jesieni 01 Letni wietrzyk
- Janko Anna Dziewczyna z zapaśÂ‚kami
- zanotowane.pl
- doc.pisz.pl
- pdf.pisz.pl
- b1a4banapl.xlx.pl
[ Pobierz całość w formacie PDF ]
una profecía autocumplida y afectar al nivel de compromiso que la persona está dispuesta a
asumir.
" Ocultar la relación debido al miedo al rechazo social: para Soriano, esconder la relación puede
provocar malestar personal y conflictos en la pareja. Ella propone negociar todo esto para llegar
a un acuerdo que satisfaga a las dos.
Diversos estudios sobre uniones lésbicas realizados en otros países han arrojado conclusiones
similares a las de la profesora Soriano. De todos ellos se puede concluir que existen unas ten-
dencias generales en las relaciones que se establecen entre dos mujeres. Veamos estas caracte-
rísticas:*
mayor visibilidad del propio lesbianismo,
alto grado de intimidad (superior al existente en cualquier otra clase de parejas) y de libertad res-
pecto a los roles de género, lo que permite una relación más igualitaria donde las cualidades de cada per-
sona determinan qué tareas llevará a cabo dentro de la relación,
noviazgo demasiado breve y con peculiares características,
monogamia en serie
fusión (o pérdida de la individualidad),
falta de deseo sexual (en las relaciones de larga duración).
Analicemos cada uno de estos puntos por separado, ya que pueden serte útiles a la hora de
construir una relación madura y equilibrada, en la que puedas ser tú misma y alcanzar todos tus
propósitos.
MAYOR VISIBILIDAD DEL LESBIANISMO
Por no ser heterosexual, desde que te levantas por la mañana te enfrentas a una serie de decisio-
nes que las personas heterosexuales no necesitan plantearse. A las dificultades y complicaciones
que ya de por sí tiene cualquier vida humana, se añaden las provocadas por pertenecer a una
minoría social que además no está bien vista por el entorno.
Cuando camino por la calle no voy pensando: soy lesbiana o bisexual, soy diferente de los de-
más.** Pero si lo hago de la mano de mi pareja, entonces surgen algunas cuestiones. Hoy en día,
aunque vivas en una ciudad muy moderna y liberal, dos mujeres paseando de la mano despiertan
la curiosidad de los transeúntes. Haced la prueba si queréis. Incluso en un lugar de tanta diversi-
dad como la popular Rambla de Barcelona, si vas cogida de una mujer, la gente te mira como si
fuerais una atracción de feria. Hay miradas más discretas que otras, pero no dejas de sentir que
te miran porque eres diferente (de la mayoría). Supongo que algo parecido les ocurre a las
personas que tienen rasgos especiales, como aquellas que son de baja estatura o que se despla-
zan en silla de ruedas. No pueden librarse de la mirada curiosa de los demás. La diferencia es
*
Te recuerdo que se trata de generalizaciones extraídas de diversas investigaciones y que no significa que sea tu caso
ni que todas las relaciones lésbicas deban ser de esta manera.
**
A veces, sobre todo cuando empiezas a plantearte tu homosexualidad o tu bisexualidad, sí que puede ocurrir que
sientas esa diferencia en muchos momentos del día y que pienses en ella muy a menudo. Pero eso se va difuminando
a medida que integras de forma positiva lo que eres. Sólo es cuestión de tiempo.
que ellas no corren el peligro de ser agredidas y nosotras sí.
Si tomo de la mano a mi pareja, he de pensar por qué calles podemos pasear y por cuáles no,
dónde podría ser peligroso mostrar de forma abierta nuestro amor.* Si vivo en una ciudad pe-
queña, quizá ni siquiera se me plantee la posibilidad porque mi relación está dentro del armario
y ante los ojos de los demás pasamos por unas simples amigas. Este es uno de los puntos cru-
ciales que nos diferencia de los heterosexuales. Ellos no tienen que enfrentarse a esta gran pre-
sión que nosotras sí soportamos y que nos afecta en gran medida.
En definitiva, una pareja de mujeres implica una mayor visibilidad de tu lesbianismo. Por tanto,
necesitas clarificar muchas cosas para manejarla bien. Si no has integrado por completo y de
forma positiva que te gustan las mujeres, cuando salgas con una pueden aparecer problemas:
si ocultas tu relación ante familiares y amigos,
si evitas las demostraciones de afecto en público,
si entre heterosexuales te refieres a tu pareja como a una amiga o compañera de piso,
si evitas cualquier relación con el mundo lésbico (no querer ir a los bares o a actos culturales
o lúdicos; evitar a otras lesbianas o bisexuales; sentirte incómoda con ese tipo de personas y con
temas de conversación relacionados con el lesbianismo),**
si actúas con sigilo para evitar que vecinos o tenderos descubran tu relación,
si eludes un mayor compromiso con tu pareja para que no se descubra vuestra relación
(como ir a vivir juntas),
es decir, si haces pasar a tu pareja por una simple amiga.
¿Cómo crees que afectarán a tu relación esa clase de actitudes? ¿Crees que puede ir bien así?
Muchas de ellas van a tener un coste elevado. Te conviene analizar si te compensa o te supone
más pérdidas que beneficios, y eso es algo que requiere un examen profundo por tu parte y una
negociación con tu pareja. Si una de vosotras dos está fuera del armario y la otra no, surgirán
conflictos inevitables. La que está fuera puede sentirse incómoda al no poder asistir a las cele-
braciones familiares de la otra o tener que acudir a ellas como una amiga, lo que, además, des-
pertará el recelo de la familia, porque a esos actos no suelen acudir las amistades. Lo mismo
sucederá si tiene que salir con los amigos heterosexuales de su novia y hacerse pasar por una
amiga. Y al contrario, la que oculta su orientación puede sentirse incómoda si va con su novia y
sus amigas con pluma y se encuentra a un compañero de trabajo por la calle.
Ese tipo de situaciones pueden crear mucho estrés y frustración y es necesario que las dos os
pongáis de acuerdo sobre ello. Si ocultas tu relación, tu pareja puede sentirse menospreciada y si
no lo habláis, a la larga surgirán conflictos y resentimientos. Si escondes tu orientación sexual,
has de decirle a tu pareja cuáles son las situaciones que mayor angustia te producen y prefieres
evitar. Una buena forma de hacerlo es establecer los ámbitos donde pueden surgir estas cuestio-
nes (familia, amistades y trabajo, por ejemplo) y plantear cómo comportarse en cada uno de
ellos. Es importante que cada una tenga paciencia con el momento de la otra. No todas podemos
seguir el mismo ritmo y no todas las soluciones son válidas para todo el mundo. Aunque ahora
no te sientas preparada para ello, tarde o temprano deberás afrontar las cuestiones que plantea el
ser lesbiana o bisexual. Ya has visto algunos ejemplos de cómo el hecho de ocultar siempre tu
relación puede afectarla de forma negativa e, incluso, puede conducirla al fracaso. Por muy
buena voluntad que tengas, el amor terminará asfixiándose y morirá si no te enfrentas a ciertos
temas. De lo contrario, no podrás tener una relación madura y satisfactoria con otra mujer. In-
sisto, necesitáis hablar de todo esto y alcanzar un acuerdo sobre cómo actuar frente a los demás.
*
Si paso junto a un grupo de pandilleros de la mano de una mujer, me expongo, cuando menos, a que me agredan de
forma verbal.
**
Repito: todo esto no significa que para ser lesbiana y bisexual tengas que relacionarte con otras mujeres como tú o
[ Pobierz całość w formacie PDF ]